EL DERECHO A LA CIUDAD
CASAS EN 24 HORAS
Salvador García Espinosa
Sin lugar a dudas, que uno de los principales problemas en el mundo es el acceso a una vivienda, es uno de los principales problemas sociales y urbanos. México no es la excepción, ONU-Habitat estima que al menos 38.4 % de la población de México habita en una vivienda no adecuada; es decir, en condiciones de hacinamiento, o hecha sin materiales duraderos, o que carece de servicios mejorados de agua y saneamiento. El Gobierno Federal, siguió las recomendaciones del Banco Mundial para dejar en manos de particulares la edificación de la vivienda y se limitara a otorgar créditos. Para nadie es desconocido el terrible impacto de cientos de miles de viviendas, sobre la dispersión urbana, todo por una insaciable especulación del suelo, que lejos de abaratar la vivienda, encareció la ciudad en su funcionamiento y ahora se tiene más de 5 millones de viviendas deshabitadas.
El año pasado, se dio a conocer el Programa Nacional de Vivienda, en el cuál se señala que se desconoce la magnitud exacta del problema; pero que el Instituto Nacional de Suelo Sustentable (INSUS) estima que en el país existen aproximadamente 7.5 millones de lotes irregulares de uso habitacional. Que en México una de cada cinco viviendas presenta carencias en el acceso a alguno de los servicios básicos (agua potable, drenaje sanitario, energía, entre otros).
Sobre el aspecto del costo, la ONU considera que una vivienda asequible es aquella en la que los propietarios no destinas más del 30% de sus ingresos al pago de la hipoteca. Si consideramos que los esfuerzos en México van encaminados a que “sumen” ingresos aún no familiares, pues difícilmente son asequibles las viviendas, Más aún si consideramos que la dispersión urbana implica un impacto significativo en el costo del transporte que deben destinar las familias para el traslado a la escuela o el trabajo. En algunos casos este rubro llega a representar hasta el 40% del ingreso familiar.
Un dato contundente que dimensiona el problema de la vivienda y que consigna el Programa Nacional de Vivienda, es el hecho de que siete de cada diez viviendas fueron financiadas con recursos propios, en muchos de los casos autoconstrucción, lo que nos habla del poco impacto de los instrumentos financieros que desarrolla el Gobierno.
En este contexto, es que resulta sumamente relevante el anuncio que se hiciera hace algunos días, sobre la edificación de viviendas a través de una impresora en tres dimensiones (3D), de viviendas para gente de muy escasos recursos. Aún no se da a conocer el costo de la vivienda, pero se indica que cada casa se puede producir (construir) en tan sólo 24 horas, algo que se esperaría reduzca significativamente los costos de la vivienda.
El fundador de la empresa tecnológica ICON, Jason Ballard, ha señalado en diversas entrevistas que la impresión en 3Dreduce a la mitad el tiempo y el costo asociados con la construcción tradicional, y es mejor para el medio ambiente. Hasta ahora se había construido una vivienda experimental en Austin, Texas. Pero gracias a la asociación con la fundación New Story, que tiene como objetivo contribuir a abatir la falta de vivienda en todo el mundo y hacer que la vivienda sea asequible. Ahora se pretende edificar en México el primer conjunto de 50 casas impresas en 3D en Tabasco.
Cada una de las viviendas será aproximadamente de 152 metros cuadrados y contará con dos recamaras, una cocina, un baño y una sala de estar. Destaca el hecho de que, por tratarse de una zona de alta sismicidad, se construirán con especificaciones que superan el estándar solicitado, para que sean altamente resistentes a temblores.
La “impresora 3D” es una máquina que comienza en la parte inferior de la casa, colocando capas de cemento hasta la parte superior, donde luego se coloca un techo. De principio a fin, todo el proceso tarda solo 24 horas en “imprimirse”. Solo se requieren trabajadores locales para la colocación del techo y las puertas, e instalen la plomería.
A decir de los dirigentes de la Fundación New Story “Traemos la tecnología para hacerlo más rápido, más barato y, en última instancia, un mejor producto“. Afirmación que debe ser cierta, pues basta señalar que, en 2010, después de un devastador huracán en Haití, impulsaron la edificación de cientos de vivienda, pero al darse cuenta de que los métodos tradicionales no le permitían la capacidad de respuesta necesaria, fue así que se enfocaron a utilizar la tecnología poder enfrentar desastres a gran escala con nueva tecnología robótica que puede reconstruir rápidamente comunidades en extrema necesidad.
Desde su fundación, ha construido más de 2,700 hogares, beneficiando a más de 15 mil personas en Haití EL Salvador, Bolivia y México. En los últimos años ha invertido miles de horas en investigación y millones de dólares en tecnología para desarrollar soluciones innovadoras que permitan construir más viviendas a un menor costo, incluso la propia impresora 3D llamada “Vulcan II”, esta diseñada para funcionar bajo las limitaciones propias de los contestos rurales, donde la energía eléctrica falla
En el caso de los habitantes de Tabasco, las familias beneficiarias, han sido preseleccionadas según sus necesidades, el ingreso familiar promedio mensual de estas familias es de tan solo $76.50 pesos, lo que haría impensable que tuvieras una vivienda confortable y segura. Además de pertenecer a un sector indígena que históricamente ha quedado fuera de todos los programas sociales gubernamentales.
Sin duda que, hay que estar atentos a la evolución de este proyecto y ojalá en los diferentes ámbitos de gobierno o algunos empresarios innovadores se interesen en aplicar los avances tecnológicos en beneficios de los usuarios y no, como en tantos casos, solo sirvan para incrementar el margen de ganancia. Tal vez los avances tecnológicos ya nos sorprendan, porque por increíble que arezca con la tecnología disponible se puede hacer posible prácticamente cualquier cosa. Ahora es el Gobierno el que nos debe sorprender, innovando en su manera de hacer las cosas, para que sea posible el uso de la tecnología para proveer de una vivienda a la gente que, dados sus precarios ingresos, no puede acceder a una. Sin olvidar, que un aspecto fundamental en todo programa de vivienda, es el suelo, pues debe ser barato, pero con servicios y cercano a los equipamientos básicos educativos, de salud y culturales; así como la cercanía a fuetes de empleo, sólo así se podrá lograr en México el anhelo de generar vivienda adecuada para los más necesitados. Aquí, al parecer ya se avanzó en la edificación de la vivienda, queda sumar lo correspondiente a la política de suelo.