La muerte de un perro, que fue lanzado por un hombre a un cazo con aceite hirviendo en el municipio de Tecámac, ha generado conmoción entre los habitantes del Estado de México. Este incidente ha puesto de manifiesto la necesidad de proteger a los animales y castigar los actos de maltrato.

Anteriormente, las agresiones contra los animales no eran consideradas como delitos en la entidad mexiquense. Sin embargo, a partir del año 2017, las autoridades incluyeron esta conducta en el código penal gracias a la presión de colectivos y activistas defensores de los animales. Este cambio en la legislación se debió a los numerosos casos de abuso registrados en municipios del Valle de México, como Nezahualcóyotl.

Recientemente, en el municipio mencionado, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México rescató a casi 100 perros que se encontraban en una vivienda desde octubre de 2022. Estos casos han generado un mayor enfoque en la protección animal y la necesidad de imponer sanciones más severas.

En cuanto a las penas para los responsables de maltrato animal, inicialmente se establecieron dos años de prisión y una multa económica. Sin embargo, en julio de 2022, el Congreso del Estado de México decidió endurecer las sanciones y duplicar el castigo a aquellos que dañen o asesinen a un animal. Ahora, la pena puede llegar hasta cuatro años de prisión, con la posibilidad de aumentar en una mitad si los actos de maltrato se graban, fotografían o difunden.

Estas medidas buscan proteger a los seres vivos y enviar un mensaje claro de que el maltrato animal no será tolerado en el Estado de México. Se espera que estas sanciones más severas actúen como un disuasivo y promuevan el respeto hacia los animales en la sociedad.

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