Zona Cero / Por Eva E. Arreola/Red 113
Morelia, Mich.- 9 de febrero de 2021.- En Michoacán, Morena no acaba de ponerse de acuerdo para la definición de sus candidaturas a los puestos de elección popular. El divisionismo impera en el partido guinda; la desbandada ya se deja ver, lesionando –pero sobre todo dejando al desnudo- la democracia y unidad que pregonan sus dirigencias, estatal y nacional.
Con la salida de Cristóbal Arias Solís y su adhesión al partido Fuerza por México, los militantes guindas están desertando del partido, argumentando que no hubo equidad en la designación de Raúl Morón como candidato del partido por la gubernatura de Michoacán.
A Fuerza por México, aunque abucheado por la militancia fundadora por dicho partido, Cristóbal Arias se llevó consigo la estructura partidista que traía consigo, acertando un duro golpe al partido que se está resquebrajando por falta de unidad al interior.
Mientras Raúl Morón y Cristóbal Arias patalean, hacen circo y maroma para llamar la atención de su líder moral e ideológico, Andrés Manuel López Obrador, la militancia cada día se decepciona de lo que sería “la esperanza de México”.
En lo que compete a los perfiles que han levantado la mano para encabezar la candidatura a la presidencia municipal de Morelia, hacen fila Alfredo Ramírez Bedolla, Osvaldo Ruíz Martínez, Carlos Torres Piña e Iván Pérez-Negrón, perfiles que provienen de corrientes distintas y como tal, más que aportar, dividen un proyecto que no tiene pies ni cabeza.
Sin el mesías físicamente al frente del partido, Morena hoy palidece. No halla el rumbo. Deja ver que el castillo de arena con el que se levantó en 2018, comienza a desmoronarse.
Si no, al tiempo.