La vida de Débora cambió para siempre a comienzos de 2012, durante una fiesta familiar: con sus gafas oscuras puestas, se tomó una selfie, aunque jamás imaginó hasta donde llegaría.
Horas más tarde, la foto que ella subió a su Facebook se viralizó por todos lados y se transformó en “meme”. A partir de ese momento, todo fue una pesadilla.
La imagen era compartida por miles de extraños: “Me sentía fea, humillada, menos que otras niñas de mi edad”, dijo la joven de 22 años a la BBC.
“Pensé que estaba muy linda. En ese momento tenía una autoestima muy grande”, expresó Débora, quien ahora tiene un hijo de 3 años y trabaja en una farmacia de Sao Paulo.
“Los comentarios sobre los memes con mi foto hablaban mucho de mi apariencia y eso me molestaba. No tenía fuerzas para nada. Lloraba y lloraba y me culpaba por haber compartido esa foto“, agregó la chica, que abandonó la escuela y hasta pensó en el suicidio.
Su imagen estaba relacionada directamente a la de una “mujer fea”, a pesar de que ella pensó que al subir la foto a su cuenta de redes sociales y obtendría varios elogios.
“No tenía motivos para vivir. Estaba deprimida por todo lo que estaba pasando”, señaló. Comenzó con las medicinas, y recibió una gran ayuda de su familia.
El tiempo pasó, y su imagen quedó en el olvido. Pero hace pocas semanas, se volvió a reflotar: “La foto la habían dejado de utilizar, pero hace poco la volvieron a compartir en Facebook y en Instagram”.
Pero reflexionó: “Me di cuenta que yo no era el problema. No voy a aceptar que vuelvan a hacer todo eso que hicieron conmigo hace siete años”.
Con información de: radiomitre