El Lago de Pátzcuaro es uno de los lugares más emblemáticos de Michoacán. En sus orillas floreció la civilización purépecha, como muestran las Yácatas, en el Pueblo Mágico de Tzintzuntzan, y otros sitios arqueológicos como Ihuatzio. Tierra de pescadores y fértiles milpas, las comunidades de la ribera y de las islas mantienen sus costumbres y su identidad.
Es aquí donde la celebración de Noche de Muertos, declarada Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, tiene mayor tradición.
El Pueblo Mágico de Pátzcuaro fue planeado por Don Vasco como lugar de encuentro y convivencia. Aquí fundó el primer obispo de Michoacán su diócesis y construyó la Catedral y el primigenio Colegio de San Nicolás.
El sur de Pátzcuaro resulta igualmente interesante. Imprescindible la visita a Tupátaro, cuyo templo es una obra maestra del arte sacro. El Lago de Zirahuén es uno de los escenarios naturales más hermosos del estado. El Pueblo Mágico de Santa Clara del Cobre mantiene el encanto del pueblo artesano, y sus trabajos poseen gran reconocimiento. Continuando hacia el sur, ya en la frontera con la Tierra Caliente, el Pueblo Mágico de Tacámbaro sorprende por su carácter pintoresco y cálido.
El pescado es el protagonista de la cocina lacustre y se utiliza en guisos como el caldo michi. No dejes de probar los uchepos, las corundas o los tamales de ceniza.
También en esta región se trabajan las fibras vegetales como el tule y la chuspata. En Tócuaro se elaboran las máscaras utilizadas en celebraciones y danzas tradicionales. Y, por supuesto, el trabajo en cobre de Santa Clara.
A esta región pertenecen los municipios de: Pátzcuaro, Erongarícuaro, Quiroga, Tzintzuntzan, Salvador Escalante, Huiramba y Madero.
Con información y material de michoacan.travel