Life es un filme de horror y ciencia ficción dirigido por Daniel Espinosa en el año 2017. Este director, aún joven, ha dirigido otras películas que han alcanzado el mismo nivel moderado de éxito como en el caso de El invitado o El niño 44.
En la mayoría de sus filmes ha logrado trabajar con actores de buen renombre y Life no es la excepción, agrupando a actores como Jake Gyllenhaal, Robecca Ferguson o Ryan Reynolds. Este elenco ya debería decir mucho por si mismo pero, en caso de que no sea así, las actuaciones son realmente buenas y cálidas, emotivas en todo momento y bajo cualquier circunstancia.
Un grupo de científicos han descubierto una forma de vida microscópica que parece encontrarse en estado de hibernación. Sin embargo, logran despertarla e inicia un crecimiento extremadamente veloz y una evolución que hace sospechar a los científicos que esta forma de vida, a la que deciden llamar Calvin, pudo haber causado la extinción de la vida en Marte.
La cámara se mueve de una manera tan imperturbable y suelta te hace olvidar cual es el suelo y cual es el techo. Así, logra crear un ambiente espacial en donde la física demuestra sus peculiares condiciones. El ritmo del filme esta muy bien logrado de igual forma, pues la manera en que se acelera la cámara, los movimientos de los científicos y de Calvin se pueden ver cortados de una manera inmediata por la calma lenta y reflexiva de quien esta encerrado en cualquier habitación. Pero esta aceleración y desaceleración se sienten naturales o, mejor dicho, no se sienten. Pasan desapercibidas y solo los sentimientos de angustia y descanso permanecen en el espectador.
Y es que la película se esfuerza por mostrarnos el componente humano en esta complicada situación. Son seis personas encerradas en la Estación Espacial Internacional, que han dejado atrás su vida, científicos que han construido lazos emocionales entre sí y que no son fáciles de romper u olvidar.
Como cualquier espectador puede imaginarte, Calvin escapa de la pequeña incubadora en la que estaba encerrado y empieza a intentar salir del laboratorio. El grupo de científicos debe evitarlo a toda cosa y descubren que no están combatiendo por contener a la criatura, sino por su supervivencia misma.
“Es solo supervivencia. La existencia de la vida requiere destrucción” Es interesante esta postura de que no es una guerra de odio o violencia incontenible, sino la superposición de forma de vida sobre la otra y nada más.
Pero aquí es donde la película tiene el problema más grande de todos. Calvin es un alienígena sorprendentemente intuitivo, a un nivel increíble. Su inteligencia es enorme, pero además sin conocimiento alguno de la nave o del espacio inmediato que lo rodea, es capaz de manipular su entorno mejor que quienes conocen su funcionamiento.
Calvin parece ser inmortal, imposible de dañar, tremendamente poderoso y en constante crecimiento. No muere en el espacio por la falta de oxígeno -por lo menos por un muy prolongado espacio de tiempo- o por la presión que este ejerce, resiste al fuego y a la electricidad, resiste el disparo de un arma a quemarropa, lo intuye todo, tiene unos sentidos muy desarrollados y es brutalmente fuerte. Cualquier daño que se le haga, no parece afectarle más de lo que un pequeño empujón podría
Calvin deja de ser el enemigo total de la nave para convertirse en un simple verdugo. No hay esperanza de salvación, pues toda se va diluyendo conforme Calvin aumenta de tamaño. Si tuviera alguna debilidad parecería que hay un conflicto, una batalla, pero parece ser inmortal. Cualquier intento de detenerlo es fútil y la película se convierte en una especie de crónica de la devastación. Claro que hay cierto interés en esa historia, pero no es ni a la que parecía aludirse ni una historia tan llamativa. ¿Cómo podría el espectador sentir la intriga, la emoción o el miedo, si no hay esperanza ni otro resultado posible más que la implacable muerte? Si tan solo pareciera haber esperanza para los científicos, la película mejoraría. Ciertamente el final nos da esa esperanza que se buscaba desde el inicio. Se nos ofrece esa oportunidad de supervivencia tan solo unos minutos antes de que todo concluya. Y no diré más al respecto para evitar más spoliers de los estrictamente necesarios. Este filme hace sorprendente el hecho de que el director tenga tantos actores de renombre en más de uno de proyecto. Claro que la película es entretenida, pero no llega al nivel de obras como Alien o Grávity, respecto al enemigo más allá de las fronteras o a la inmensidad del espacio, respectivamente.