La Guardia Nacional de Texas y el gobierno federal continúan con un tenso enfrentamiento que se intensificó el martes 23 de enero, después de que el ejército estatal manifestara que mantendría su decisión respecto al control de un tramo de la frontera con México.
La lucha de poder entre Texas, que alguna vez supo ser independiente, y el Gobierno de Joe Biden se originó después de que las autoridades estatales colocaron un alambrado de púas en un parque a orillas del Río Grande por el que suelen cruzar un gran número de inmigrantes.
Anteriormente, la semana pasada la Guardia Nacional de Texas impidió que las tropas federales de la patrulla fronteriza ingresaran a la zona, en la localidad de Eagle Pass, y las acusó de destruir las fortificaciones.
Por ello, la Corte Suprema intervino a pedido del Gobierno nacional y el lunes 22 de enero emitió una orden judicial que autoriza a los agentes fronterizos a remover el alambrado con lo que se supondría el problema debería haberse solucionado.
No obstante, el martes 23 de enero fue cuando la Guardia Nacional de Texas prometió que protegería la soberanía del estado y sus tropas extendieron el alambrado en la zona del conflicto.