Instituto Nacional de Elecciones y Consultas. Hoy el análisis de la Dra. Yurisha Andrade Morales

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Instituto Nacional de Elecciones y Consultas

Yurisha Andrade Morales*

Los foros para deliberar la posible reforma electoral continúan en la Cámara de Diputados, tanto los que fueron convocados por el grupo parlamentario mayoritario, como por los partidos integrados en la Coalición “Va por México”. Los ejes temáticos corresponden a los aspectos propuestos en la iniciativa del presidente de la república y en 42 iniciativas presentadas por distintos partidos y legisladores.

Como sabemos, la iniciativa de reformas constitucionales del primer mandatario propone modificar y adicionar diversos artículos, entre otros el 41, para sustituir al INE y crear al Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) como única autoridad electoral responsable, a nivel nacional, de todas las elecciones locales y federales, así como de todos los ejercicios de democracia participativa del país “que prevén la Constitución y leyes”, proponiendo también, que se emita una ley electoral única que regule todos los procesos comiciales.

En rigor, la iniciativa implica centralizar todas las actividades electorales federal y locales en una autoridad nacional única, así como suprimir o modificar diversos componentes del Instituto Nacional Electoral. El INEC tendría solo siete consejeras y consejeros en su consejo general en lugar de once; pero también, la estructura profesional permanente, el personal que opera en cada distrito federal, se establecería solo como una estructura temporal que se instalaría cuando hubiere proceso electoral.

La propuesta presidencial señala: “La presente iniciativa propone eliminar los distritos electorales y junto con éstos la estructura electoral distrital. El nuevo INEC se conformará de órganos temporales y auxiliares, en especial en los periodos electorales, que concentren las funciones que han sido fragmentadas en innumerables unidades administrativas, a efecto de contar con la estructura indispensable para garantizar las funciones asignadas en la legislación.”

Existe ahí un tema de necesaria revisión, porque mantiene la redacción constitucional que mandata un servicio profesional de carrera nacional para funciones electorales, pero al mismo tiempo, propone eliminar estructuras y optar por “órganos temporales y auxiliares”, lo que no pareciera compatible entre sí, además de tocar una de las mayores fortalezas de la institución electoral nacional dado que, desde 1993, la base de la profesionalización del IFE-INE ha sido la permanencia de sus funcionarios, que bajo la modalidad del servicio profesional de carrera son reconocidos como la principal garantía de eficacia operativa y técnica de la institución.

La iniciativa reflexiona que es necesario aplicar un principio de austeridad en el uso de los recursos públicos y de eliminar la posible duplicidad de funciones como argumento para justificar la supresión de los OPL y, bajo esa lógica, sugiere desaparecer estructuras nacionales permanentes que son clave para la organización de los comicios.

En otros momentos he sostenido, que suprimir las figuras de consejeras y consejeros e incluso a los institutos locales en su totalidad para centralizar todos los procesos electorales, no elimina actividades que requieren de recursos públicos para poder cumplirse. La centralización del trabajo electoral no suprimiría la totalidad de los costos, pues las elecciones locales seguirían requiriendo recursos y personal dedicado para llevarlas a cabo. Coincido con la necesidad de encontrar fórmulas de ahorro, pero también con la posibilidad de encontrar mecanismos que preserven a los OPL y tribunales locales.

Las deliberaciones sobre la posible reforma deben nutrirse del análisis técnico necesario para tomar las mejores decisiones que atiendan la necesidad de actualizar componentes esenciales del sistema electoral mexicano sin generar distorsiones en su funcionamiento. A todos nos interesan instituciones que funcionen con imparcialidad y austeridad y cuya actuación sea garantía de credibilidad y confianza en las elecciones. El mejor escenario poselectoral es aquel que tenga condiciones de estabilidad política y paz social. 

*Magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán

@YurishaAndrade