Género y elecciones judiciales

Yurisha Andrade Morales*

En marzo de este año, a propósito de temas como el 8M, el día de las personas juzgadoras y el liderazgo político de las mujeres, reflexioné sobre las asimetrías existentes en la ocupación de plazas de los poderes judiciales, federal y locales, entre hombres y mujeres. En mis columnas de ese mes señalé, conforme con el boletín de prensa 47/25 publicado por el INEGI el pasado 5 de marzo, sabemos que, al cierre de 2023, había 6 mil 730 personas juzgadoras en México, lo que representó una tasa de 5.1 personas juzgadoras por cada 100 mil habitantes. De éstas, son mujeres solo 3 de cada 10 personas juzgadoras del ámbito federal y 4 de cada 10 del ámbito estatal”.

​Consideré, también, que las enormes e injustificadas diferencias empezarían a corregirse con el desahogo de las elecciones judiciales federales y las concurrentes en 19 entidades federativas, pues la reforma constitucional determinó la asignación de plazas en forma paritaria, es decir, los resultados obtenidos en las urnas el 1º de junio no corresponden a las acostumbradas acciones afirmativas que definían cuotas, sino a la aplicación concreta del mandato previsto en la Constitución y en las leyes secundarias. Vale aclarar, que aún falta la elección popular de la segunda mitad de plazas de personas juzgadoras y, en particular, la totalidad de plazas en 13 Estados de la República que optaron por diferirlas hasta 2027.

​De manera preliminar, en lo referente al ámbito federal, en los Acuerdos de asignación de plazas de personas juzgadoras, aprobados por el Instituto Nacional Electoral, destaca que en las seis elecciones la distribución por género queda de la siguiente manera: para la Suprema Corte de Justicia de la Nación se eligieron 9ministraturas, 5 mujeres y 4 hombres; para la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación 2 magistraturas, una mujer y un hombre; para el Tribunal de Disciplina Judicial 5 magistraturas, tres mujeres y dos hombres; para las 5 Salas Regionales del TEPJF 15 magistraturas, 10 mujeres y 5 hombres; para los Tribunales Colegiados de Distrito 438 magistraturas, 244 mujeres y 194 hombres; y para Juzgados de Distrito 363 juezas y jueces, 217 mujeres y 146 hombres. En total: 832 plazas ocupadas, 480 mujeres y 352 hombres.  

​Siendo preliminar esta información, falta ver qué resuelve el TEPJF en las impugnaciones que ha recibido, debemos considerar que el INE declaró vacantes 26 plazas de magistraturas de circuito, 24 por inelegibilidad y 2 porque no hubo postulación de candidaturas, mientras que, en juzgados de distrito se declararon 23 plazas vacantes, 22 por incumplimiento de requisitos de elegibilidad y una porque no se postularon candidaturas. Estos datos indican que la paridad de género en los cargos de personas juzgadoras avanza de manera importante, sin que la brecha se haya eliminado en su totalidad, pues, como lo mencioné, falta la elección en poco más de la mitad de las plazas.

​Las elecciones judiciales ofrecen otros ángulos de análisis sobre las problemáticas que las autoridades electorales enfrentan para garantizar la paridad de género. Un ejemplo está en la postulación no paritaria de candidaturas en diversos circuitos, que llevó a asignar plazas a hombres que debieron ocuparse por mujeres porque no se dispuso de candidaturas de éstas. Son lecciones que los comités de evaluación deben tomar en cuenta para no incumplir los mandatos constitucionales correspondientes. De cualquier manera, la elección de personas juzgadoras sigue siendo un campo fértil para abatir un rezago histórico que siempre dejó a las mujeres en desventaja frente a los hombres.

​Hay avances significativos que deberán refrendarse cuando se disponga de la información de elecciones judiciales locales y se analice la distribución por género a nivel local. De nuevo, no se trata de concesiones gratuitas a mujeres para la ocupación de plazas que implican responsabilidad y demostración de conocimientos y experiencias acumuladas. Creo en el signo distintivo que las mujeres imprimimos a la administración de justicia con una perspectiva de género y en favor de personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad. Avancemos en la superación de los rezagos que persisten.

*Magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán

@YurishaAndrade