En el mundo antes de la pandemia por el Covid-19, más de 800 millones de personas padecían hambre, cifras que se han incrementado en esta contingencia, por la crisis económica y desempleo, por lo que en México debe garantizarse el derecho a la alimentación, subrayó la diputada Lucila Martínez Manríquez, integrante de la LXXIV Legislatura del Congreso del Estado.
La legisladora subrayó que la obesidad en México es otra pandemia que debe ser tomada con toda seriedad por todas y todos, en donde el Estado Mexicano no debe escatimar para atender esta difícil situación.
Por lo anterior, convocó a redoblar esfuerzos para que la alimentación sea una realidad en México, tomando en cuenta que ésta implica una correcta y saludable ingesta de alimentos, lo cual se verá reflejado en la salud de todas y todos.
En nuestro país, siete de cada diez adultos sufren sobrepeso, lo que equivale a cerca de 48.6 millones de mexicanos que tienen este padecimiento, además de que uno de cada 20 niñas y niños menores de 5 años y uno de cada tres entre los 6 y 19 años padece sobrepeso u obesidad.
Lo anterior dijo que coloca a México entre los primeros lugares en obesidad infantil a nivel mundial, problema que se presenta más a menudo en los estados del norte y en comunidades urbanas.
Al conmemorarse este 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, la legisladora recordó que esta fecha permite reflexionar sobre la importancia que toda la población tenga acceso a los alimentos, mejorando sus prácticas ya que no sólo se trata que los alimentos sean suficientes para su desarrollo, sino que además sean de buena calidad para llevar una vida activa y saludable.
Lucila Martínez expuso que el hambre es una de las caras de la pobreza, y en el caso de México, el INEGI reporta que en el último lustro se registraron 7.5 mil defunciones anuales por desnutrición.
Hizo mención que la Secretaría de Salud federal reportó la atención diaria 15 casos de personas con desnutrición crónica, lo que evidencia el grado de gravedad sobre el cual aún se hace necesaria una gran labor.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, 75 millones de personas en América Latina y el Caribe aún viven en pobreza extrema, la mitad de ellas en Brasil y México, en donde el 60 por ciento de las personas con hambre son mujeres.