El papa Francisco ofreció una homilía en la Plaza Kossuth Lajos de Budapest, en la última jornada de su visita de tres días a Hungría, donde lamentó “las puertas cerradas” a los migrantes y pidió a los cristianos del país que estén “invitados a acoger y difundir su amor, a hacer que su redil sea inclusivo y nunca excluyente”.
El papa subrayó que todos los cristianos están llamados a salir de sus comodidades y tener la valentía de llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio.
La homilía se realizó ante el Parlamento húngaro y la presencia del primer ministro Viktor Orbán, quien mantiene una política de puño duro contra la migración.