Debates presidenciales obligatorios
Yurisha Andrade Morales*
En aportaciones anteriores he sostenido que los debates en los procesos electorales no solo son deseables, sino esenciales para que el electorado tenga la posibilidad de evaluar, de manera directa, el conocimiento, las propuestas y el talante de las candidaturas que compiten por un cargo de elección popular, más aún cuando se trata de la presidencia de la república; es por ello que, considero un gran avance democrático que el pasado jueves el INE haya definido las sedes y los formatos específicos para cada uno de los tres que se llevarán a cabo.
Conforme con el acuerdo precedente del 7 de diciembre de 2023, al que me referí en una columna anterior, el primer debate se realizará con el formato A, en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral; el segundo con el formato B, en los Estudios Churubusco; y el tercero con el formato C, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Aquí, la novedad radica en que, a diferencia de los procesos electorales anteriores, los tres debates serán en la CDMX, ninguno en las demás entidades federativas, además de que, el primero, se llevará a cabo en las instalaciones del propio INE, argumentándose la necesidad de ahorrar y racionalizar el uso de recursos públicos.
En el debate del formato A, se recibirán preguntas de la ciudadanía que serán recibidas a través de las redes sociales; para lo cual, el país se dividirá en tres regiones: norte, centro y sur. Por su parte, el debate con el formato B, también contará con participación de las y los ciudadanos, con preguntas que se captarán en plazas públicas; aquí la regionalización se hará en cuatro zonas: norte, bajío y costa, oeste, centro y sur. A su vez, el debate con el formato C, establece la posibilidad de que las candidaturas se formulen preguntas cara a cara.
Otro aspecto que destacar consiste en que la autoridad electoral estableció que los tres debates serán obligatorios para todas las candidaturas, lo cual, en mi opinión, contribuirá a evitar prácticas inadecuadas para estos ejercicios, como las especulaciones que las candidaturas que, conforme con las encuestas, llevan la delantera en las preferencias del electorado, suelen generar declarando que no asistirán a dichos ejercicios. En el pasado reciente, lo vimos en las elecciones locales de 2023 en el Estado de México, o bien, en las elecciones presidenciales de 2006. Este tema generó una polémica interesante en el pleno del INE, aprobándose por una votación mayoritaria de 6 a 5.
Desde el proceso electoral de 1994, los debates se han venido fortaleciendo como un instrumento que promueve la participación de la ciudadanía y contribuye a garantizar su derecho de acceso a la información, en la medida que permiten conocer de manera más directa quiénes son las y los candidatos y cuáles son los diagnósticos y propuestas que sostienen. Serán ejercicios fundamentales para el futuro de nuestra democracia, para obtener datos que nos permitan razonar nuestro voto y manifestar pacíficamente nuestro apoyo a alguna de las candidaturas.
Los días 7 y 28 de abril, así como el 19 de mayo, todas y todos los mexicanos, pero fundamentalmente los más de 98 millones de electores que tenemos actualizada nuestra credencial para votar con fotografía, tenemos una cita para conocer con amplitud las candidaturas presidenciales, a través de los tres debates que sostendrán las candidatas y candidato que serán registrados para la contienda electoral de este año.
En congruencia con las reflexiones que he presentado en este portal y en otros espacios, apoyo la idea de multiplicar los debates para todos los procesos electorales locales y federales, porque implican una modalidad de información para el electorado, pero también, porque significan una obligación de los partidos y sus candidaturas para presentar, con la mayor transparencia posible, el tipo de gobierno o de representación política que nos proponen.
*Magistrada Presidenta del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán
@YurishaAndrade