Columna: ¡¡Si tuviera el corazón de un niño!!

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Morelia, Mich.- 30 de abril de 2020.- “Infancia marca destino” una frase que encierra profundas verdades, la niñez es pensada como una etapa noble, tierna, llena de juegos y familia, como olvidar nuestros días en la primaria, o tu fiesta de cumpleaños con amigos y piñatas; pero no siempre la infancia se vive así de color de rosa; porque nos enfrentamos a cifras desgarradoras, la Unicef revela que entre 55 y 62% de los niños en México ha sufrido maltrato en algún momento de su vida; cuando México, es primer lugar en abuso sexual infantil, según la OCDE. Cada año, más de 4 millones y medio de niñas y niños son víctimas de abuso sexual. Cómo celebrar en México el Día del niño, ante duras realidades sociales, cuando la pobreza extrema y la delincuencia cazan a nuestros menores.

Actualmente la reforma educativa ha impulsado fuertemente la educación inicial, durante la primera infancia, como un eje rector y formador de los futuros profesionales del país, y es que durante los 90 días desde el vientre de la madre, hasta los 6 años de edad, los pedagogos y psicólogos infantiles han comprobado el impacto del aprendizaje en esta etapa temprana y su efecto en la edad adulta. Se dice que si observas las habilidades de tu hijo en la primera infancia, sabrás a qué vino a este mundo.

Es un tema sensible para la mayoría de los seres humanos adentrarnos en nuestra vida infantil, sin embargo dentro de los tiempos reflexivos que esta pandemia nos ha obligado a adentrarnos es importante no dejar de ver, o permitirnos mirar cómo fueron nuestros primeros años de vida, seguramente nuestras experiencias son diferentes, aun entre nuestros propios hermanos, pero hoy podemos dar pasos fuertes y sencillos a la vez, quieres intentarlo?

Mi encuentro conmigo. Si no has visto esa película, tienes que descargarla y verla completa, y es que en la edad adulta nuestra infancia puede convertirse en “recuerdos o fantasmas”, y tarde que temprano te seguirán, donde vayas, en tu matrimonio, porque ahí recordamos a nuestros padres, en el trabajo porque la autoridad y el relacionarnos con otros lo aprendimos en casa y en la escuela; te seguirán esas imágenes mentales, inconscientemente, solo el tiempo que tú mismo decidas, no hay mejor manera que enfrentarlos emocionalmente, que darnos la oportunidad de mirarlos. Si eres de los que prefieres dar carpetazo y no recordar, inténtalo, empieza revisando tu árbol genealógico, las postales familiares, el álbum de foto detrás del armario, y comienza simplemente a verte, a observarte tal y como eres; no podemos omitir los años vividos ni los dolorosos recuerdos, tampoco cambiar el pasado, sin embargo sí, como vives en el presente. El simple hecho de ver con el alma te dará la respuesta a esas preguntas que no habías podido resolver, porque estarás de pronto hablando contigo mismo, con ese niño de las agujetas llenas de lodo antes de entrar a casa, las coletas que te hacían ver como la muñeca de tus juegos, en fin con suerte traerás a tu mente imágenes que te darán risa, o que sorprendentemente te inspiraran al futuro. Está comprobado que la mente almacena con mayor facilidad las cosas “malas” y las “buenas” no con tanta claridad.

Amor ciego.  Uno de los misterios de la vida que nunca terminamos de entender es la relación papá y mamá, si hay heridas porque no cumplieron con el formato tradicional que se requiere, o bien porque fueron ausentes, marcan nuestro corazón fuertemente, los conflictos no resueltos con los padres son el espejo de los conflictos con la pareja, intentando que nuestra pareja nos dé aquello que no pudo darnos alguno de ellos; por otro lado si me tocó jugar a papá o mamá en casa ocupando el lugar de alguno de ellos porque no pudo o no quiso estar, seguramente lo veré reflejado en mis relaciones interpersonales, en el trabajo y el dinero; no se trata de perdonar como dice la religión o comprender a nuestros padres, simplemente de agradecer que nos dieron la vida; algunas filantropías dicen que nosotros escogemos a nuestros padres, pero no creo que esas palabras sean de consuelo para quien sufrió incesto o maltrato físico; no hay consejos prácticos en ello, sin embargo el método de la Terapia Familiar Sistémica nos enseña que ante padres los hijos siempre serán los pequeños y esto no significa que hay que hacer todo lo que dicen los padres sino que se debe honrar y respetar a los padres, tal y como son, frases como “gracias por darme la vida” nos darán paz y otra perspectiva; o si quieres dar un paso adelante intenta para liberarte de los patrones de conducta, en ese amor ciego que nos lleva a tener lealtad a nuestro sistema familiar y nos atrapa y no podemos cambiar, di en voz alta “papá, mamá soy igual a ti”, y este reconocimiento nos liberará.

Corazón de niño. Hay frases como los niños siempre dicen la verdad, si tienes hijos sabes bien que si prometes algo no cesaran de recordarlo hasta que esto sea una realidad, y es que un niño tiene una fe profunda, la magia para creer lo imposible; una foto de un niño orando en Perú para que el coronavirus se terminé conmovió al mundo, pero es así el corazón de un niño que te conmueve, te contagia, te inspira; hasta el versículo bíblico de convertirnos a niños pequeños nos pone a pensar; cómo es tu corazón?, cómo eras de niño?, qué hay dentro de ti  en esta etapa adulta, del aquel niñ@. Habla con tu niñ@ interior más a menudo, ciertamente los golpes de la vida nos roban la fe muchas veces, date el permiso de amar aunque a veces duela, de mojarte bajo la lluvia de vez en cuando, de comer el pastel de chocolate sin contar las calorías, de preocuparte menos y vivir más, de llorar a gritos cuando sea necesario y reír a carcajadas con tus amigos. De sentir que la vida es un juego y que hay que disfrutarlo, si corriendo caes pronto te levantas, tal vez eso haga la vida más sencilla, tal vez eso sea vivir con el corazón de un niño, porque créeme, somos un milagro, nunca se es demasiado viejo para vivir, ni para ser feliz.

Dice la autora Carla Montero, la infancia es una etapa maravillosa, no hay pasado, no hay futuro; sólo un presente que se mira con inocencia e ilusión.

Atrévete a latir con el corazón de niñ@

Bety Barrientos