RED 113/Por Patricia Padrón
Morelia, Mich.- Michoacán vive un proceso atípico después de los resultados de las elecciones donde Alfredo Ramírez Bedolla recibiera la constancia de mayoría y el Gobernador Silvano Aureoles anunciara que llegará a todas las instancias y hasta las últimas consecuencias para que se revise lo que definió como una “narcoelección”.
Y es que el mandatario michoacano expuso en medios nacionales y estatales, las cifras e incidentes registrados el pasado 6 de junio, donde en solo 2 distritos, hubo la votación que le diera la ventaja a Ramírez Bedolla.
De forma expresa, sentenció, “estoy completamente convencido de que la elección en Michoacán debe anularse, y el más interesado de que eso suceda debería ser el presidente Andrés Manuel. La democracia y el estado de derecho de este país no puede permitir que llegue un gobernador puesto por el narco”.
De acuerdo al artículo de El País del pasado 19 de junio, el narco se metió en la elección mostrando calle a calle el resultado de la elección, donde quedó documentado claramente donde el crimen organizado controla el territorio, ganó Morena.
Aureoles Conejo en un hecho sin precedentes ha calificado al partido político del presidente en el poder como un narcopartido, auto sentenciándose con ello a ser señalado o perseguido por hacerlo.
Pasarán sólo 2 cosas, o se anula la elección o desde Palacio Nacional comenzará la persecución del único Gobernador en el país que no se quedó callado, al tiempo.