Pocos animales son tan fascinantes como el pulpo. Cuando hablábamos de ellos, un amigo biólogo solía decir que gastamos mucha energía y recursos buscando vida extraterrestre, y aquí en la tierra tenemos mentes asombrosas de las que no sabemos casi nada.
Tienen una inteligencia asombrosa, una gran memoria y la capacidad de usar herramientas para resolver problemas.
En los últimos años hemos descubierto que sus tentáculos tienen diferentes funciones, pueden distinguir rostros humanos, y recientemente supimos que duermen sueños y pesadillas.
Los científicos brasileños detectaron dos etapas diferenciadas del sueño que denominaron fase activa y fase pasiva.
En la etapa más tranquila los pulpos pueden permanecer sin moverse durante largos periodos de tiempo, respiran suavemente y su piel suele mostrar colores pálidos. Esta etapa pasiva dura entre 30 y 40 minutos de media, y se ve salpicada de periodos de sueño activo que apenas duran un par de minutos. Durante estos breves momentos el pulpo cambia de color y textura mostrando tonos más oscuros, desplaza los tentáculos, abre las ventosas y mueve la cabeza en rápidos espasmos para, poco más tarde, regresar a la tranquilidad de la fase pasiva.
