El lago de Cuitzeo es el segundo más grande del país, después de Chapala del estado de Jalisco. Sin embargo, tiene la particularidad que desde hace al menos medio siglo, la parte poniente del estanque apenas alcanza una profundidad de 20 o 30 centímetros, en promedio. Y es el puente que cruza el embalse, y que une la carretera de Morelia con la población de Cuitzeo, el que marca la parte seca del poniente con la zona del oriente que tiene casi siempre agua.
El gobierno del estado decidió hace unas dos décadas impedir la circulación de agua por debajo del puente para evitar que también la zona oriente del lago se secara, así que bloquearon con tierra la parte baja y así evitar el paso de agua. Es por ello, que en una parte del lago de Cuitzeo se observa un paisaje verde con espejo y lirios y entra solo sequía y cuando hay viento, una fuerte tolvanera.
Es tan grave la sequedad, que la actividad pesquera en la región ha desaparecido en 80 por ciento, lo mismo que sus cinco cooperativas, porque este oficio dejó de ser rentable, comentó Gatulia Maycotte. La degradación del embalse es tal, que desde hace dos años la parte oriente del lago, que nunca se había secado, ya quedó totalmente sin agua en cientos de hectáreas durante la temporada de estiaje.
Los motivos del desastre ecológico, más allá del cambio climático, ha sido la deforestación, la tala inmoderada de las zonas boscosas del municipio de Morelia, ya que las aguas de las partes elevadas escurren a través de los ríos Grande y Chiquito. Además, ha habido una sobre explotación de las aguas, ya que la zona agrícola conocida como Valle Morelia-Queréndaro utiliza el agua de los ríos para actividades agropecuarias. A lo que habría que sumar los asentamientos humanos en la ribera del lago, entre otros factores, según estudios de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.