Michoacán tiene más de 200 kilómetros de costa del Pacífico.
El área cuenta con playas vírgenes, imponentes acantilados, estuarios increíbles y comunidades pesqueras aborígenes. Siente la costa en pleno contacto con la naturaleza.
La ciudad más importante de la costa era Lázaro Cárdenas, uno de los puertos de mercancías más importantes del Pacífico mexicano.
A pesar de sus orígenes industriales, el pueblo es la puerta de entrada a algunas de las mejores playas de la costa de Michoacán, como la cercana Playa Azul o Caleta de Campos.
Las playas michoacanas son el lugar elegido cada año por miles de tortugas para aparearse y desovar. Gracias a un intenso trabajo de concientización, las propias comunidades indígenas protegen los santuarios y los campamentos tortugueros como los de Colola o Ixtapilla, donde el visitante puede participar de las actividades que se organizan cada temporada para liberar las tortugas recién nacidas al mar. En las comunidades se elaboran artesanías con conchas y fibras vegetales.