Eleazar Rodríguez Hernández dice que haría todo por su hija Katherine. Hasta vestirse de rosa y ponerse un tutú de bailarina en Nuevo Laredo, Tamaulipas, una ciudad mexicana donde lo que se lleva es el sombrero, el jean y las botas de vaquero.
Eleazar, el dueño del servicio de grúas, no se avergüenza de estar feliz por su hija de 5 años, y no le importa lo que piensen los demás.