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EL DERECHO A LA CIUDAD

Tendencia…no es Destino, por Salvador García Espinosa

A partir de 1990 la ciudad de Curitiba en Brasil comenzó a figurar en el mapa continental como el paradigma de la sustentabilidad urbana. Se convirtió en un santuario al que acudían en peregrinación presidentes municipales electos, así como gobernadores electos con la finalidad de “conocer la formula” que convirtió a esta ciudad en ejemplo mundial.

Se pueden resumir en tres las características más conocidas de Curitiba: 1) La superficie de área verde supera los 50 metros cuadrados por habitante,2) Un sistema de transporte semi-masivo con vehículos articulados (orugas), de hecho ahí se encuentra la planta de la compañía Volvo que los fabrica y 3) Tiene un Instituto de Planeación, independiente de la estructura administrativa, que garantiza la continuación de sus proyectos y el cumplimiento de objetivos a mediano y largo plazo.

Si bien, en la mayoría de los casos, las acciones, derivadas de ir y conocer Curitiba, tan sólo terminan en la creación de un Instituto de Planeación, así como en la incorporación de vehículos articulados para el transporte público. Son innumerables los aspectos que hay detrás de lo que hoy se observa. Ya hace muchos años, en una visita al Instituto de Pesquisa e Planejamiento de Curitiba (IPPUC) tuve la oportunidad de platicar con él sobre los aspectos culturales a los que se enfrentaban todas la innovaciones en materia de urbanismo.

Hoy deseo compartir dos casos. El primero corresponde a la denominada “Calle de las Flores”, que no es más que una calle peatonal que se diseñó para que su característica principal fuera la presencia de flores. Nos narró nuestro anfitrión, que a la mañana siguiente de la inauguración, ya no había una sola flor en aquellas jardineras que un día antes lucían coloridas flores; ante tal situación la instrucción fue simplemente una: “volver a poner plantas”, pero una vez que terminaron de volver a poner plantas, al día siguiente los transeúntes volvieron, durante la noche, a retirar las flores. Así que al día siguiente, ante el desolador panorama, la instrucción fue la misma “volver a poner plantas”. Esto se repitió al menos por más de un mes, en que durante el día se ponían flores y durante la noche las retiraban los vecinos, hasta que un buen día, -dice nuestro interlocutor- la gente entendió que ahí habría flores. Y permanecen hasta la fecha.  

Un segundo caso, es referente a un jardín botánico, que se encontraba en colindancia con una zona habitacional cuya población no sólo era de bajos recursos, sino que se caracterizaba por tener delincuencia juvenil. A los pocos días de inaugurado el jardín, los destrozos a las instalaciones se comenzaron a observar, a grado tal, que se les planteo la posibilidad de contratar vigilancia para el sitio las 24 horas. El Director del IPPUC, nos narró, que si bien la opción de la vigilancia era apoyada por las estructura administrativas, pues esperaban diera resultados de forma inmediata, pero optaron por una estrategia más a largo plazo, pero más integral y que atendiera el problema de fondo.

La estrategia consistió en ir, casa por casa, en las colonias colindantes, para ofrecerle trabajo a los jóvenes adolecentes, el trabajo consistía en laborar una horas, según la disponibilidad de horario, reparando y mejorando los jardines. Después de unos tres meses, se termino el programa y los jóvenes y sus familias se convirtieron en sus vigilantes permanente pues se habían apropiado y era producto de su trabajo.

Usted, amable lector, puede imaginar la cantidad de argumentos que expresamos en torno a si esas estrategias funcionarían o no en nuestras latitudes. Porque hay que señalar que Curitiba tiene un porcentaje muy alto de población inmigrante, el propio Director del Instituto era de origen asiático. El caso es, que después de varios intercambios de opiniones y múltiples ejemplos, me comento el Director, “No conozco mucho el caso de México, pero seguro es similar al de los países latinoamericanos y al de Curitiba hace unos años, planean según las tendencias y no han entendido que TENDENCIA NO ES DESTINO. Ustedes pueden cambiar su tendencia hacia un mejor destino”.