La ciudad de Morelia, Michoacán ha sobresalido por los múltiples monumentos que la adornan, uno de los más destacables ante los ojos de turistas y habitantes es la fuente de “Las Tarascas”, que hoy forma parte importante de la historia de Michoacán… ¡Todos los visitantes buscan una foto teniendo de fondo al destacado monumento!
Esta fuente resultó ser un peculiar regalo, en el año de 1937, para el General Lázaro Cárdenas del Rio, ya que se sabía era gran admirador de la belleza indígena, tal presente fue colocado frente a su casa, que ahora es el edificio que ocupan oficinas de gobierno, la mayor parte de los ciudadanos se maravilló ante tal monumento, sin embargo, incomodó a varias personas, por mostrar el torso desnudo, pero con el paso del tiempo se fueron acostumbrado a la belleza de esta fuente.
Después de mucho tiempo de haber formado parte fundamental de la decoración de la ciudad, se cuenta que en el año de 1967, la esposa del ex gobernador del estado Agustín Arriaga Rivera, pidió las retiraran, pues consideraba indignante estuvieran desnudas, contrario al rumor sobre el hecho de haber sido enviadas a España, “Las Tarascas” originales (a color) se trasladaron a las antiguas instalaciones de la feria, y en su lugar se colocó la fuente que hoy conocemos como “El huarache”, sin embargo, duró poco tiempo ya que la gente pedía fueran devueltas a su lugar de origen, es así que el gobierno del estado tomó la decisión de edificar una réplica exacta de bronce, la cual gustó aun más que las originales.
“Las Tarascas” representan a tres de las más importantes princesas de la cultura purépecha: Atzimba, Tzetzangari y Erendira, la cesta de frutas simboliza la abundancia, los caracoles que se encuentran en la base, representan al hombre y la conjunción de todos estos ornamentos aluden a la fertilidad, esta polémica fuente forma parte de la cultura, vida e historia de nuestra Morelia y nos invita a conocer y disfrutar la ciudad desde el centro de su corazón.
La escultura en bronce que podemos admirar hoy en día, se construyó a lo largo de 1983 y se concluyó en 1984. Es obra del afamado escultor José Luis Padilla Retana, que las realizó en bronce, utilizando como modelo de rostro a una mujer de la isla Yunuén, y el cuerpo en base a su imaginación, según el mismo asentó en una entrevista en agosto de 2009.
Fuente: www.granturismomexico y www.michoacanhistorico.com