Que infierno ni que la chingada. El infierno es aquí merito

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La referencia cinematográfica de la película “El Infierno” aquí no la hago respecto a la inseguridad, que de pronto tampoco esta tan alejada de la realidad, la cita de la famosa cinta de Luis Estrada la retomo porque en las últimas semanas hemos sabido lo que es el verdadero calor. Lo hemos sentido, padecido y sufrido y lo peor es que seguiremos con esas altas temperaturas.

Y no solo son las altas temperaturas sino el alto nivel de humedad que produce que no haya aire y a la vez incremente la sensación térmica.

¡Nos estamos quemando y nadie dice ni hace nada! A lo mucho dan las recomendaciones para evitar los golpes de calor, los números de emergencia, pero de ahí no pasa más.
Y sí, inevitablemente esto nos lleva a hablar del cambio climático y del calentamiento global.
Es cierto que se trata de un problema de todos que causa daños a todos, lo que también es cierto es que no todos están en las mismas condiciones para enfrentarlo ni todos padecen los mismos niveles de calor.

El problema es tan complejo y con tantos intereses de por medio que mucho no se ha podido hacer. Se ha visto que pesa más el interés económico que el de la empatía y humanismo. No hay una consciencia clara de hacia dónde vamos.

Cada año se habla del cambio climático y del calentamiento global, son dos temas que son parte de la agenda internacional y de categorización urgente, pero la práctica no muestra esto.
Si bien existe el Acuerdo de París, un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante firmado por 196 Partes en la COP21 en París, y en vigor desde el 2016, la realidad es que poco se ha podido hacer y cumplir.

El Sexto Informe de Evaluación del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) en este 2023 señala que:

  1. La actividad humana ha provocado el calentamiento de la atmósfera.
  2. No existen precedentes, desde hace miles de años, de la escalada de los cambios recientes.
  3. Si seguimos así, la crisis climática causará 250.000 muertes al año entre 2030 y 2050 según la Organización Mundial de la Salud y en el año 2050 hará que unos 216 millones de personas se vean obligadas a desplazarse.
    Como se ve, el panorama no es alentador y los compromisos de las grandes empresas mundiales no se han cumplido ni hay un compromiso más profundo por parte de todos los gobiernos en aplicar políticas públicas y sanciones que favorezcan cuidar el planeta.
    Pero no solo el gobierno y la iniciativa privada debe poner de su parte. Es tarea de todos ser más conscientes de lo que está pasando.
    Caso local el de Morelia cuando los transportistas se quejan del calor pero no quieren ceder en mejorar el servicio del transporte que emite agentes contaminantes tóxicos y gases de efecto invernadero.
    Otro caso local: en Michoacán continúa el cambio de uso de suelo sin que haya un control, al igual que el incremento de cultivo de aguacate que tanta agua consume.
    En el periodo del año 2000 a 2021 únicamente existen 96 cambios de uso de suelo en Michoacán autorizado por la SEMARNAT por un total de 1,721.83 hectáreas. Ninguno relacionado con la agricultura.
    Mientras que Michoacán es el primer proveedor de aguacate en el país. Hay 26 740 productores registrados, aportando el 74% de la producción nacional.

La reflexión que pretendo provocar es que debe existir una consciencia social sobre lo que estamos haciendo para evitar el cambio climático. Ser más empáticos porque hay población más vulnerable que no tiene recursos para comprarse un ventilador o agua, para quienes los servicios básicos y de salud no están disponibles.

El papel del Estado y los organismos internacionales es vital, pero es solo una parte. La tarea es de TODOS …. Aunque incomode.

*La columnista es Maestra en Derecho por la UMSNH y doctorante en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.