El Derecho a la Ciudad
PMDU, el escenario ideal para Morelia en 2041
(Segunda de tres partes)
Salvador García Espinosa
El documento del Programa Municipal de Desarrollo Urbano (PMDU) de Morelia 2022-2041, que actualmente se encuentra en proceso de consulta pública, contiene un apartado en que se describe la visión para el año 2041: “en materia de ordenamiento y desarrollo urbano sostenible, y resiliente para Morelia con base en los múltiples intereses en torno a una visión de bienestar social y salvaguarda de los servicios ecosistémicos locales, para asegurar a la población condiciones de vida que materialicen los principios de sostenibilidad y resiliencia”. En este marco, se describen tres escenarios, el esperado de seguir la tendencia, el ideal y el posible que constituye el objetivo a lograr en el año 2041.
Escenario tendencial
Se refiere a la condición territorial que prevalecerá, de continuar las condiciones actuales. Se considera que la población para Morelia en 2040 será de 1,100,000 habitantes, de los cuales, por increíble que parezca, la tendencia es que se incrementen los asentamientos en zonas de riesgo, como fallas geológicas e inundación, que en 2020 eran 59,366 personas, aumentarán a 69,814 personas para el 2040, pero si se considera la población afectada por fallas geológicas llegarían a 105,278 personas en 41,855 viviendas.
Lo más significativo sería la disminución en la densidad poblacional, al pasar de 66 habitantes por hectárea en 2020 a 59 en 2040, con una densidad promedio de 23 viviendas por hectárea y 2.9 habitantes por vivienda. Esto sin duda es alarmante, toda vez que el PMDU considera que el área urbana tendrá una tendencia a incrementarse hasta llegar a 20,212 hectáreas en 2040 (actualmente es de 14,092 has.), y en este escenario los terrenos baldíos al interior de la mancha urbana llegarían a representar un total de 4,644 hectáreas.
Lo anterior no solo representa el escenario previsible, sino que representaría una catástrofe para todos los habitantes de Morelia. Es prioritario e impostergable dejar de expandir la ciudad; esto ocasionaría que: “el Municipio enfrentará una situación de crecimiento desmedido, de subutilización del suelo urbano, de pérdida de servicios ambientales y de actividades productivas. Por consecuencia, la capacidad de proveer a la población se verá fuertemente disminuida, los costos económicos y ambientales del transporte aumentarán, se perderán áreas de conservación y se verá afectada la impermeabilización de las zonas de infiltración”.
Escenario ideal
¿Cuál sería el ideal, en caso de que las autoridades sumaran esfuerzos y pudieran conducir el desarrollo urbano de la ciudad? El PMDU describe un escenario que: “se compone de los elementos deseables a los que se aspira a llegar, respondiendo a los principios y lineamientos derivados de las agendas de sostenibilidad y resiliencia”. De acuerdo con este ejercicio prospectivo en este escenario, para el año 2040 podría presentarse un incremento de 250,000 habitantes y, lo más interesante de todo, pese a este incremento: “la superficie urbana no aumenta de manera significativa en los próximos 20 años, se optimiza el aprovechamiento de la infraestructura instalada, mediante la densificación selectiva, […] ocupando prioritariamente los baldíos urbanos y así inhibir la expansión innecesaria de la ciudad”. En este escenario ideal se alcanza una: “densidad alta de 90 viviendas por hectárea, construidas en terreno vacante (suelo urbanizable y baldíos) y en aumento paulatino en la zona consolidada”.
Es de resaltar que se considera solo incorporar al desarrollo urbano el suelo estrictamente necesario: “de acuerdo con un modelo de aprovechamiento sustentable, que no genere impactos ambientales negativos significativos al medio natural, que pongan en riesgo el equilibrio ecológico”. Esto es posible si el proceso de densificación se aplica en todas las áreas urbanizables y baldíos del área urbana, donde se impulse la construcción del 20% al interior del área consolidada, con tan solo urbanizar el área de baldíos (2,915 ha) y las áreas urbanizables propuestas (2,821 ha), se podría atender la demanda de suelo urbano.
Escenario concertado y estratégico: Imagen Objetivo Morelia 2041
Una medición entre lo deseable y lo posible, se presenta bajo el concepto de Imagen Objetivo y en esencia propone: “nuevas formas de trabajo y de organización de la vida pública deberán estar soportadas por un diseño y reconstrucción de los espacios públicos y productivos que reduzcan significativamente la vulnerabilidad social”. Constituye “Una apuesta para reducir los desequilibrios que se han presentado en Morelia, entre las áreas centrales de la ciudad, con las zonas de su periurbano y zona rural…”.
De acuerdo con el mismo documento del PMDU: “Se pretende impulsar en Morelia la regulación del suelo, reduciendo los patrones desconectados de su ocupación y uso, que han derivado en la fragmentación del patrón de urbanización, atendiendo las consecuencias de un crecimiento difuso”. Hay que subrayar que el escenario objetivo de Morelia al 2041 radica, principalmente, en alcanzar una densidad de 35 viviendas por hectárea para el 2040, se construiría el 70% de las viviendas en el terreno vacante (suelo urbanizable y baldíos) y el 30% restante, sobre áreas ya construidas y en los corredores urbanos principales.
Este Programa también incentiva que aumente el porcentaje de vivienda construida al interior de la zona consolidada, hasta alcanzar el 20% en la década 2030-2040. El área combinada de terrenos baldíos (467 ha en la zona consolidada y 2,448 ha en la periurbana) y el área urbanizable (90 ha en la zona consolidada y 2,731 ha en periurbana) suman un total de 5,736 hectáreas que serán ocupadas por viviendas, calles y equipamiento de la siguiente manera: 73% del área de baldíos consolidado (341 ha); 81% del área de suelo urbanizable consolidado (72 ha); 36% del área de baldíos periurbano (873 ha) y 32% del área de suelo urbanizable periurbano (873 ha).
Lo descrito hasta aquí corresponde a la perspectiva desde Morelia, pero la realidad es que Morelia forma parte de una Zona Metropolitana en la que intervienen los municipios de Tarímbaro, Charo y Álvaro Obregón. Estas consideraciones las comentaremos la próxima semana en la tercera y última parte… ¡Continuará!
