Morelia, Mich.- 08 de marzo de 2022.- La participación de las mujeres en los cuerpos
policiales y fuerzas armadas ya no es anecdótica es una realidad conquistada por mujeres en una búsqueda constante por lograr una igualdad de oportunidades.
Por primera vez en México en 1930 formaron lo que llamaron policía femenina, integrado
por 69 mujeres. Las primeras policías mujeres en México no podían portar armas, las
funciones de los primeros agrupamientos se concentraban en dar orientación sobre
ubicaciones, datos históricos, culturales y/o geográficos del país. Las policías portaban un
uniforme con falda, saco sastre y tacón bajo, que no correspondía a las necesidades de la
labor policial.
Según el INEGI la cantidad de personal destinado a funciones de seguridad pública en las
administraciones públicas estatales en México en 2020 era de 231,491 personas. De ellas, 75.9% eran hombres y 24.1% eran mujeres (INEGI,2020).
De acuerdo con una encuesta aplicada por Causa en Común a 5 mil mujeres y hombres
policías estatales de todo el país refirieron que 3 de cada 100 policías mujeres mencionaron
haber sufrido o haber sido testigo de abuso sexual.
5 de cada 10 mujeres consideraron que hay discriminación en la corporación, mientras que sólo 2 de cada 10 hombres.
35% de las mujeres indicaron que alguna de sus compañeras había recibido piropos
ofensivos, comentarios sobre su apariencia de índole sexual frente a 18% de los hombres.
En un ámbito tradicionalmente masculino las mujeres poco a poco han ganado terreno, en un piso no parejo pues las mujeres policías enfrentan una serie de desafíos que no enfrentan los hombres por su condición de genero. Hablamos de mujeres madres y jefas de familia que realizan una doble y triple jordana por el cuidado de sus hijos y las tareas domesticas. Un ámbito en donde son las mujeres las que tienen menos oportunidades de puestos de mando que los hombres.
Sin embargo, cada vez hay más mujeres en puestos de mando que logran acotar las
desigualdades que enfrentan las policías, más aún son las mujeres las que con un sentido de cuidado y protección han decidido romper paradigmas tradicionales como lo son las
mujeres indígenas de la comunidad de La Cantera en Tangamandapio que participan en las guardias comunitarias llamadas las Guarichas, mujeres guardianas del orden y de la paz que han decidido proteger a sus comunidades imponiéndose al mandato hegemónico
masculino y a al lastre de la violencia machista.
RED 113/La Opinión por Lorena Cortés