Estacionamientos, más que un asunto de vialidad. El análisis del Dr. Salvador García Espinosa

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El Derecho a la Ciudad


ESTACIONAMIENTOS, MÁS QUE UN ASUNTO DE VIALIDAD


Por, Salvador García Espinosa

Con frecuencia, en todas las ciudades, al ver que los espacios de estacionamiento están llenos y hay vehículos circulando en busca de un espacio de estacionamiento, las autoridades correspondientes asumen que la solución sería incrementar la oferta de estacionamientos. Sin embargo, diversos estudios realizados en varias ciudades han demostrado que esta acción no hace más que inducir una mayor demanda de estacionamientos y, por consiguiente, un mayor tráfico. En otras palabras, los predios de estacionamiento, sean públicos o privados, funcionan como un “imán” que atrae automóviles que saturan las vialidades inmediatas, por la cantidad de vehículos en busca de un espacio dónde estacionarse.

La definición de las necesidades de la oferta de estacionamientos estará en función de los usos de suelo, pues dependerá, en primera instancia, de los trabajadores o empleados que acuden diariamente a trabajar o estudiar, en el caso de establecimientos educativos de la zona; en segunda instancia, de los potenciales clientes o usuarios que atraen los establecimientos de comercios y servicios.

En este proceso de accesibilidad y movilidad de usuarios, clientes y empleados mismos, el funcionamiento y eficiencia del transporte público resulta determinante, para que los establecimientos comerciales y de servicios no se vean perjudicados. Contrario a lo que se piensa, la política de estacionamiento debe tener como principal objetivo reducir el estacionamiento ilegal; reducir las circulaciones con motivo de la búsqueda de cajones, y disminuir la indeseada congestión y emisiones de contaminantes. Hay una serie de acciones estrechamente vinculadas a la dinámica de estacionamientos, como son:

• La instalación de bolardos, con la finalidad de evitar que los vehículos bloqueen las vías peatonales e invadan las plazas públicas. En ocasiones se utilizan bolardos retráctiles, para limitar el acceso de vehículos en determinadas zonas y en horarios específicos; siempre garantizando el acceso a vehículos de emergencia y/o vehículos de reparto o suministro de insumos.

• Fomentar y privilegiar el tráfico peatonal conlleva a la reducción de la distancia entre banquetas, ampliando su ancho en las esquinas, lo que permite reducir el tiempo de cruce de los transeúntes, y mejoramiento de la visibilidad en intersecciones para peatones como para conductores. Un valor adicional es que la ampliación de espacios de aceras, puede permitir la instalación de árboles y mejorar el confort de peatones y un notable mejoramiento del paisaje urbano. Estas acciones reducen la disponibilidad de espacios de estacionamiento en la vía pública.

• En los predios o edificios destinados a estacionamientos, es recomendable que en su fachada se incorporen locales comerciales para propiciar la presencia de peatones, además de que se destine un área para la instalación de los llamados “bicipuertos”, para el estacionamiento de bicicletas de forma segura y cómoda.

Establecimiento de tarifas de estacionamiento de forma diferenciada, por zonas, para desincentivar el acceso de automóviles a las áreas de mayor congestionamiento, así como de acuerdo a los días hábiles y festivos. No debe olvidarse que, en el caso de los centros históricos, la prioridad en materia de estacionamientos la deben tener los residentes de la zona, pues su disponibilidad incentiva el uso habitacional.

Hay una estrategia cada vez más recurrente en las ciudades, y son los llamados “Estacionamientos disuasivos”; se trata de espacios de estacionamiento ubicados afuera de las zonas centrales urbanas, además de un costo de estacionamiento sumamente barato, proporcionan a los conductores servicios de transporte gratuito hacia las zonas centrales. El objetivo es permitir que cada vez más gente acuda a centros históricos, pero en transporte público.

Así es, el funcionamiento de los estacionamientos en una ciudad se encuentra estrechamente ligado al funcionamiento del transporte público, de ahí que se deba insistir en que las autoridades municipales deben ser las responsables de normar y operar el transporte público, pues resulta ser clave en aspectos de movilidad urbana. Como ya se mencionó, resulta imprescindible comprender que cualquier política sobre los estacionamientos en una zona de la ciudad, supera por mucho el ámbito de la dependencia encargada de lo vial y/o el tránsito, por lo que debe diseñarse desde el ámbito de la planeación urbana, pues es inherente a los usos de suelo.