El Derecho a la Ciudad
ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN EN MÉXICO
Salvador García Espinosa
Resulta inevitable pensar en la ciudad sin referirse a su principal componente, que es la población que la habita y que, sin lugar a duda presenta una dinámica cuya evolución, en la mayoría de los casos, la ciudad no logra asimilar a la misma velocidad, lo que genera un desfase entre las características de la población y la forma de la ciudad. Un ejemplo que suelo poner a mis alumnos sobre los cambios en la estructura poblacional y la ciudad es el siguiente:
Hasta mediados del siglo pasado los restaurantes estaban diseñados pensando exclusivamente para adultos, pese a que para 1960 el promedio de hijos por familia era de 6.9 hijos; a principios de la década de 1980, pese a que el promedio disminuyó a 4.8 hijos por familia, eran tantos los niños, que los restaurantes comenzaron a incorporar áreas de juegos y menú infantil; hoy, el promedio de hijos ha disminuido drásticamente a sólo 1.9. Las nuevas parejas prefieren cuidar un perro o un gato, antes que tener hijos, y las personas de la tercera edad también tienen mascotas a su cargo como compañía. Así pues, no extraña que ahora algunos restaurantes acepten que los clientes ingresen con mascotas, tal y como acontece en centros comerciales denominados “pet friendly” o amigables con las mascotas.
Hoy en día, un aspecto que acapara la atención es el incremento en la cantidad de personas de 60 años y más. En 1950 representaban cerca del 5% del total de la población de México, para el año 2000 dicho porcentaje se incrementó a 7.2%; según resultados del Censo 2020, las personas mayores de 60 años representan el 12% del total de la población. En términos absolutos, en 71 años la población mayor a 60 años ha pasado de 1.3 a 15.0 millones entre 1950 y 2021. Se prevé que en 2030 llegarán a representar 15% y para el 2050, poco más del 23%. En el ámbito mundial la población mayor a 60 años representa sólo el 9.6%, por esta razón es pertinente señalar que México presenta un envejecimiento poblacional.
El promedio nacional es de 29 años de edad mediana y 12% de población mayor de 60 años, pero como acontece con todos los indicadores, su comportamiento es distinto en cada entidad federativa, el caso extremo se encuentra en la CDMX, con una edad mediana de 35 años, mientras que la población mayor de 60 años representa 16.2% del total de los habitantes. Quintana Roo es la entidad con menos envejecimiento, sólo el 7.1% del total de su población es mayor a 60 años, y la edad mediana es de tan sólo 28 años. La edad mediana en Michoacán es de 28 años, pero la población mayor de 60 años representa 12.7% del total de los habitantes de la entidad.
Este proceso de envejecimiento poblacional puede atribuirse a múltiples factores, entre los que destacan al menos tres: el incremento de la esperanza de vida, que se prevé pase de 75.2 años en 2020 a 79.6 años a mediados de siglo, es decir, que en los próximos años no sólo habrá más adultos mayores, sino que también vivirán más años. Hay que señalar que al respecto de este factor, existen diferencias significativas entre hombres y mujeres. Entre 2020 y 2050 se prevé que para el caso de los varones la esperanza de vida pase de 72.4 a 76.7 años, y de 78.1 a 82.3 para las mujeres. De ahí que se observe el predominio de las mujeres en la composición de la población mayor, que se incrementa conforme aumenta la edad. No es el tema en esta ocasión, pero estos indicadores deben propiciar un cambio en las políticas públicas en materia de salud, cuidados médicos y protección social.
Todo sabemos que en localidades pequeñas los servicios médicos son básicos, precarios e incluso inexistentes. En contraste, las estadísticas muestran que una significativa presencia de personas mayores en localidades de menos de 2,500 habitantes, quienes representan 22% de la población de 60 años y más. Este alto porcentaje encuentra explicación, en términos de que los habitantes jóvenes y adultos son los que más emigran. Como es de esperarse, en las grandes ciudades habita una numerosa población mayor a 60 años, pero que en términos porcentuales no resulta tan significativa.
Uno de los aspectos más preocupantes es, sin duda, el hecho de que cerca de 44% de las personas de 60 años y más viven en situación de pobreza, y cerca de 6.8% vive en condiciones de pobreza extrema, es decir, que todo su ingreso resulta insuficiente para garantizar la canasta alimentaria, además de presentar tres o más carencias sociales. Las personas de 60 años, no pobres y no vulnerables, sumaron 23.7%. En otras palabras, 8 de cada 10 personas mayores de 60 años tienen un ingreso insuficiente para satisfacer las necesidades básicas.
La ineficiencia o falta de políticas públicas oportunas hicieron que México no pudiera aprovechar el denominadobono demográfico, consistente en aquelperiodo en donde las personas en edad de trabajar superan en cantidad a las personas económicamente dependientes. No hubo la capacidad para generar los empleos requeridos, y sólo se incrementó la migración hacia el vecino país del norte. Durante la pandemia quedaron de manifiesto las deficiencias del sistema de salud, que por décadas se enfocó en la atención de niños, a través de vacunas y prevención. Sin embargo, hoy, ante el proceso inevitable de envejecimiento poblacional se requiere rediseñar estrategias seguridad social y garantizar la atención de enfermedades geriátricas, que son de más largo plazo y, por lo tanto, costosas, además de lo referente a vivienda y empleo digno.
El reto, en términos urbanos, consiste en preparar a nuestras ciudades para la incorporación activa de este sector poblacional, que demanda transporte seguro y barato, espacios de esparcimiento e incluso una serie de actividades culturales y recreativas gratuitas, además, claro está, de aceras y calles seguras por las cuales pueda transitar un peatón de cualquier edad.