En los asesinatos contra las mujeres y la impunidad en Michoacán los datos hablan

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Morelia 28 de septiembre de 2020.- Michoacán vive una crisis de impunidad en el momento más violento de la historia reciente, lo que se refleja en el segundo informe del plan de avances de persecución de delitos que la propia Fiscalía General de Michoacán dio a conocer, donde refiere que en 2019 tuvo una productividad de un 11.6% al judicializarse 80 de 685 carpetas de investigación de homicidios dolosos contra  mujeres  y que para el 2020 aumento a un 26.7% su productividad. Solo el 51.4% de las carpetas de investigación por homicidio doloso contra las mujeres se judicializaron en el primer semestre del año, de estás no sabemos cuantas alcanzaron una sentencia condenatoria. Generalmente las investigaciones esclarecidas son aquellas donde la Fiscalía tiene identificado al probable responsable en la mayoría de los casos identificado por los propios familiares. 

Claramente se carece de la debida diligencia con perspectiva de género en la investigación de los asesinatos contra las mujeres, los datos saltan a la vista a mayor número de mujeres víctimas de homicidios dolosos menor número de feminicidios, ya que del total de los asesinatos contra mujeres en menos del 10%  se integra una carpeta de investigación por feminicidio en Michoacán. 

Michoacán ocupa el sexto lugar en asesinatos contra las mujeres, con una tasa de 6.3 por cada cien mil mujeres, más del doble de la tasa nacional que es de 2.9. 

De enero a agosto de este año se han registrado 156 homicidios dolosos contra las mujeres,  53  más que en el mismo periodo que el año pasado. 

Hasta agosto de este año, se han integrado 13 carpetas de investigación por feminicidio 7 más que en el mismo periodo que el año pasado. 

Un indicador que se disparo de manera alarmante es el de lesiones dolosas contra las mujeres que paso de 2,364 casos en 2019 a 2,688 casos este año, pasando de la posición numero siete al segundo estado de la republica con maslesiones dolosas contra las mujeres. Lo que lo convierte en un estado de alto riesgo de asesinatos contra mujeres y niñas.