Desarrollo Integral de Michoacán. El análisis del Dr. Salvador García Espinosa

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El Derecho a la Ciudad

DESARROLLO INTEGRAL DE MICHOACÁN

Salvador García Espinosa

Hace unos días se anunció por parte del ejecutivo del estado que iniciaría una serie de foros de consulta popular, con la finalidad de conocer las demandas, denuncias y necesidades del pueblo Michoacano, a fin de elaborar el Plan de Desarrollo Integral del Estado de Michoacán.

Hay que recordar que la Ley de Planeación del estado señala en su Artículo 17 que “A partir del diagnóstico de la situación económica y social del Estado, se elaborará y actualizará el plan y se fijarán las metas, estrategias, plazos de ejecución y las responsabilidades y bases de coordinación.” En este sentido, es de esperarse que la elaboración del Plan Integral de Desarrollo despierte todo tipo de ideas, especulaciones, pero sobre todo expectativas sobre el rumbo que dará la presente administración estatal a Michoacán.

Se informó que se contempla la elaboración de 18 foros a celebrarse entre el 27 de octubre y hasta el 4 de diciembre. Diez de estos se realizarán en cada una de las diez regiones, siete foros serán virtuales y uno más con niñas, niños y adolescentes. Se pretende abordar temáticas como migración, mujeres, personas con discapacidad y adultos mayores, patrimonio cultural, pueblos originarios y agenda digital, entre otros más.


Los foros son un mecanismo muy socorrido desde la perspectiva política porque permite el acercamiento con la gente que, muchas de las veces, desea que se le escuche. Pero no hay que olvidar que existe un desencanto ante las instancias de todos los niveles de gobierno, las personas están cansadas de que le pregunten sobre problemas y demandas, porque no sólo no ve que ser resuelva alguna, sino que nunca se le consulta lo importante: ¿qué pretende hacer el gobierno?

Michoacán, como muchas de las entidades del País, está sobre diagnosticado, si acaso, sería necesario actualizar las cifras sobre déficits, población, producción, etc, etc. Pero en esencia la problemática no ha cambiado, por el contrario, en algunos rubros se ha vuelto más compleja y se ha magnificado; tal es el caso, para nuestro estado, de la migración, el desempleo y la inseguridad.

Convendría, asumiendo que hay sobre diagnóstico, que se aprovechara la estructura de los foros regionales, pero para discutir la estrategia de desarrollo, es decir, qué inversiones se requieren realizar, en qué rubros y en qué tiempos. Sin duda que el horizonte de la planeación no debe circunscribirse al corto plazo, se requiere de un objetivo a largo plazo; pero para generar impacto, estos foros deberían centrar su atención en lo posible dentro de lo deseable, en un horizonte de seis años, es decir, a corto plazo, en el que pueden tener sentido los compromisos adquiridos entre sociedad y gobierno.

Hoy, Michoacán requiere de dos componentes básicos: certeza y pragmatismo. La captación, conjunción y detonación de inversiones privadas, sólo será posible si el gobierno es capaz de realizar la inversión pública que se requiere para impulsar desarrollo en cada región, y si existe, certeza tanto en los objetivos a lograr en el corto plazo, como en el estado de derecho, pieza fundamental cuando se habla del desarrollo de una entidad.

Si bien es cierto que la Ley de Planeación, no especifica que entender por desarrollo integral, pues en su Artículo 8, solo señala que “La planeación del desarrollo se realizará a través de un sistema integral y participativo, que garantice los derechos económicos y sociales de los individuos, y de los grupos organizados en el Estado”. Se puede comprender que con el término “integral” se busca garantizar un equilibrio, a fin de no privilegiar el desarrollo económico por encima de objetivos sociales, y más aún, los ambientales.

Con lo anterior, se prefigura un escenario, en el cual solo es factible alcanzar el desarrollo integral de Michoacán, en la medida en que se logren conjugar la dimensión territorial particular de cada una de las regiones, donde el aspecto ambiental debe respetarse para orientar un desarrollo sostenible; con los aspectos sectoriales propios de la entidad en términos de migración, mujeres, personas con discapacidad y adultos mayores, patrimonio cultural, etc.

Una de las opciones, que ya se ha instrumentado con éxito, consiste en privilegiar los objetivos sociales, y para ello es necesario impulsar el desarrollo de actividades económicas y en consecuencia identificar las inversiones gubernamentales que se requieren. Todo esto de forma tal que cada región se desarrolle aprovechando sus ventajas competitivas en el ámbito estatal, y a su vez cada una contribuye a la competitividad de Michoacán en el ámbito nacional y mundial.

Solo con lo anterior se evitará caer en la tentación de querer centrar el desarrollo de Michoacán sólo en el puerto de Lázaro Cárdenas, como en su momento se quiso hacer del turismo la palanca del desarrollo o, incluso, detonar una vocación industrial a partir de plantas armadoras automotrices que nunca se instalaron. Es necesario traducir la diversidad geográfica de michoacán en opciones de competitividad para el desarrollo, pues como quedó de manifiesto con el turismo durante la pandemia, no importa qué tan exitoso sea un sector, la vulnerabilidad siempre estará presente, lo mismo con la producción de aguacate y las medidas sanitarias en los Estados Unidos.

Para lograr la integralidad del desarrollo, es necesario involucrar a los sectores sociales en la persecución de los objetivos establecidos. En este sentido, no sólo se trata de escuchar al pueblo, sino de concertar acuerdos con el sector empresarial, se trata sumar particularmente a las instituciones de educación superior, para que formen a los futuros profesionistas en las áreas prioritarias para el desarrollo de Michoacán, de no ser así, seguiremos potenciando solo nuestra capacidad educativa, a fin de que vengan miles de jovenes a estudiar, pero seguros de que emigrarán a otras entidades en busca de trabajo, porque prevalece una desvinculación entre el sector productivo y el educativo.