| El Vicecoordinador del GPPRD en la Cámara de Diputados, José Guadalupe Aguilera Rojas, solicitó al Gobierno Federal visión de Estado, voluntad política y acciones institucionales concretas para coordinarse con los gobiernos de Michoacán y de municipios aledaños al Lago de Pátzcuaro para emprender un amplio programa de rescate ambiental, económico y social de este importante cuerpo hídrico hoy amenazado por diversos factores. En lo inmediato, lo convocó a solidarizarse y apoyar con recursos financieros, técnicos y humanos los trabajos recién anunciados por la administración estatal y las alcaldías de Erongarícuaro, Quiroga, Tzintzuntzan y Pátzcuaro a fin de detener y revertir la invasión del lirio acuático, cuya proliferación ha hecho innavegable gran parte del Lago. Esto -dijo- perjudicó a muchos miles de michoacanos que viven de actividades pesqueras, turísticas, agropecuarias y de transporte en la zona, quienes ven así agudizada la crisis económica ahondada por la pandemia del Covid 19. Recordó que diversos intentos para rescatar al Lago de Pátzcuaro se han hecho de hace varias décadas a la fecha, pero desafortunadamente han resultado fallidos, insuficientes o rebasados por diversos factores, entre ellos el crecimiento demográfico, la contaminación por aguas residuales domésticas e industriales, la desecación, el cambio climático, falta de financiamiento y posibles actos de corrupción. Refirió asimismo que existen múltiples investigaciones, diagnósticos y propuestas de atención para el rescate de este Lago, por lo que llamó a no perder el tiempo y retomar aquéllos que sean viables y realizables en el corto, mediano y largo plazo para una solución lo más pronta posible, sin que esto -desde luego- implique ya no realizar más investigaciones y actualizaciones. El legislador federal por Michoacán destacó que el Lago de Pátzcuaro, que ha sido escenario de múltiples obras literarias, pictóricas y cinematográficas -entre otras-, es un importante generador de turismo y de divisas que, sin embargo, día a día se ve mermado por la desecación y las plagas, como la del lirio acuático. En sus 260 kilómetros cuadrados hay siete islas que, por la desecación, dejarían de ser tales al quedar conectadas por tierra a causa de la disminución de nivel. Por la misma razón y la contaminación, la pesca y aún la sobrevivencia de especies nativas -como el pez blanco y el charal- van en descenso continuo. Igual degradación sufren sus 920 kilómetros cuadrados de cuenca, donde la flora y la fauna silvestre -incluidos zorrillos, tlacuaches, tejones, ardillas, conejos y zorras grises- igualmente se encuentran amenazadas por la degradación ambiental, así como actividades económicas ilegales. Oficialmente se le reconocen 50 kilómetros de extensión entre sus puntos más distantes y 33 kilómetros entre los más próximos, pero tales longitudes son cada vez más irreales y, por desgracia, cada vez menos reversibles por la continuación desecación de su costa para actividades agrícolas o ganaderas. Lupillo Aguilera Rojas señaló que, a pesar del beneficio de corto plazo que esto último podría significar para algunas personas, lo cierto es que la generalidad de quienes habitan los municipios aledaños saldrán perjudicados a la larga, por lo que es indispensable un programa de más largo alcance. Este programa debe comprender restauración, saneamiento, protección, inspección, vigilancia y educación ambiental, pero también desarrollos agroecológicos, urbanos, sociales, productivos, deportivos, turísticos y, desde luego, financieros para llevarlos a cabo. El parlamentario perredista reiteró en este sentido su llamado a la Federación, a fin de que demuestre con acciones concretas su interés por el medio ambiente y, sobre todo, por el bienestar de la población michoacana. “El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que tiene gran disponibilidad en caja. Es hora de que su gobierno deje de retener los dineros de la población y de que los aplique para lo que son: en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población”, expresó. |
