Conquista Carlos Blanco a morelianos

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Morelia, Michoacán, a 14 de noviembre de 2019.- Descenas de asistentes se dieron cita para deleitarse con el talento del etnomusicólogo Carlos Blanco Fadol en su magno Concierto “Oír y Tocar con Otros Ojos”, evento realizado por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, DIF Michoacán, a través del Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE).

En la realización del evento, participaron también el Centro de Innovación Social  (Poliforum), Centro de Rehabilitación Integral Teletón (CRIT Michoacán), Café del Olmo, Café del Teatro Ocampo, Jacinta Ceballos – Promotora de Eventos-, el Centro de Invidentes de Michoacán y Asociación de Invidentes del Estado.

Entre aplausos y cantos, el público quedó sorprendió por la forma coordinada en que personas con discapacidad visual seguían las notas musicales que iba indicando Carlos Fadol a guías normo visuales, quienes a su vez les indicaban por medio del tacto para dar sonido a las pistas musicales como: Martinillo, Himno a la Alegría, Cielito Lindo, Juan de la Tierra Cerezo Rosa, el Condor Pasa y otros éxitos de nivel mundial.

Carlos Blanco Fadol, etnomusicólogo e investigador hispanouruguayo, ganador del Festival Internacional de Costa a Costa (Uruguay), posee innumerables premios y reconocimientos en Europa, Asia y América, junto a dos candidaturas a los Premios Príncipe de Asturias: a las Artes en 2006 y a la Concordia en 2009.

A lo largo de 40 años de trayectoria, ha viajado por todo el mundo y utilizado la música como elemento puro de comunicación, a través de los instrumentos que tocaba, logró un acercamiento muy estrecho entre los nativos y le permitió investigar y recopilar una gran diversidad de instrumentos musicales étnicos y acceder a secretos de tradición oral inéditos.

Su colección se compone de cerca de 3 500 piezas diferentes de 145 países de los 5 continentes y está considerada entre las más importantes del mundo.

Rocío Beamonte Romero, directora general del Sistema DIF Michoacán, agradeció a todos los involucrados en la realización de este magno evento y por el esfuerzo dedicado e interés hacia este sector.

Destacó la importancia de la unión entre la sociedad, los beneficiarios, así como las asociaciones e instituciones gubernamentales para dar avance a las acciones de manera trascendente en su beneficio, como lo fue en este evento.

En ese sentido felicitó a las personas con discapacidad visual por decir sí, a ser participes de las actividades que, además de fomentar a su inclusión, también les ayuda a aprenden a realizar cosas nuevas.

En ese tenor, la directora reconoció y aplaudió la trayectoria importante de Blanco Fadol en favor de las personas con discapacidad, y agradeció que haya elegido a Michoacán como sede de este gran importante evento.
“Estas actividades nos enseñan que la discapacidad llega hasta donde nosotros mismos queremos”. puntualizó la directora.

En su oportunidad, Carlos Blanco expresó sentirse contento por la respuesta favorable tanto de los músicos participantes como de los que se dieron cita al evento, además de agradecido por la hospitalidad de los michoacanos.

“He creado este sistema porque considero que las personas con discapacidad no están suficientemente contempladas para desarrollar el potencial que tiene cada persona dentro de sí mismo. No sé si lo estoy haciendo bien o mal, pero qué importante que los estemos haciendo”, expresó el artista.   

Maria Elena Silva Montés, directora general del Centro de Innovación Social (Poliforum), dio la bienvenida a los asistentes y dijo que el objetivo de este concierto es promover la inclusión de las personas con discapacidad, así como el fomento de la cultura y la paz. 

La dinámica del concierto consistió en el acomodo de 2 personas con discapacidad visual por una normo visual parada detrás de ellos y que mediante su número de instrumento y sencillas instrucciones del etnomusicólogo durante la interpretación musical, la persona normo visual mediante el apretar suavemente el hombro de las personas con discapacidad visual, indicaba el momento de sonar su instrumento y al dejar de apretar el hombro marcaba el momento de finalizar la nota. Logrando así de manera conjunta unificar una melodía.