El largo cabello dorado le caía por la espalda. Sus ojos están resaltados en azul claro, un toque personal que nunca puede faltar para resaltar pestañas postizas y lentes de contacto.
Parecía salida de Barbie con un vestido rosa chicle y, por supuesto, tacones a juego, en los cines de Argentina hoy.
Su nombre es Marcela Iglesias. A simple vista parece una verdadera muñeca de la fábrica de juguetes Mattel, pero detrás de su cabellera rubia, figura de reloj de arena y ojos grandes se esconde una chica que a los 20 años dejó el barrio porteño de Saavedra para mudarse a Los Ángeles en busca de la vida de sus sueños.